Dos días de conversaciones que no han servido para avanzar nada. Ni tan siquiera el viaje relámpago del futbolista catalán a la capital gaditana ha servido para desbloquear la situación para bien o para mal.
Cristian García se niega a aceptar las pretensiones del club de rebajar su ficha a prácticamente una tercera parte de lo que estaba cobrando hasta el momento, y el club se mantiene en que esas cantidades son inasumibles en la categoría. A todo esto, tampoco se llega a un acuerdo para poder llegar a una posible rescisión del contrato, por lo que quedan pocas alternativas más que el entendimiento obligado. El único interlocutor del club ha sido hasta el momento el vicepresidente Javier Moyano, ya que tiene actualmente plenos poderes en la entidad por encima del todavía presidente Antonio Muñoz.
El futbolista se limitaba a afirmar ayer desde Barcelona que “la situación está muy distante”, argumentando sobre las conversaciones que “el Cádiz lo ve todo muy fácil pero yo no lo veo tan fácil”. Por ahora Cristian pretende presentarse el próximo lunes a los entrenamientos a las órdenes de Hristo Vidakovic, a la espera que su representante, que continúa en la capital gaditana, consiga alcanzar un acuerdo para su continuidad o para que le den la posibilidad de cambiar de aires.
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