
Aunque es más un sueño que una realidad, en el Cádiz gusta mucho Antonio Amaya, central del Rayo Vallecano, que desde hace varias temporadas es seguido por Julio Fernández Peguero. Aún le queda un año más de contrato con el club presidido por Teresa Rivero, y su salida es casi imposible ya que el Cádiz no puede alcanzar el poder adquisitivo que actualmente está demostrando el equipo madrileño. El central, de 26 años, se formado en la cantera rayista y destaca por su altura, buena anticipación y un estupendo remate de cabeza.
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