Teniendo a puertas un partido tan importante como el del domingo ante el Nástic de Tarragona, no sé hasta que punto es bueno hablar de todo lo que no sea sólo y exclusivamente lo deportivo. Llegado este momento, y viendo que un traspié nos puede llevar al pozo, me la trae al pairo el debate de las cuentas, el ambiente o quién está involucrado o no. Todo el que no piense que lo más importante es mantener la categoría está absolutamente equivocado.
El momento de los ajusticiamientos ya llegará, pero siempre y cuando termine la liga y el equipo se quede en Segunda. ¿De qué vale ahora enrarecer el ambiente? De absolutamente nada. Ninguno de los que hemos vivido el infierno de la Segunda B queremos volver a tener que arrastrarnos por campos del infierno. Por eso pido un favor con el corazón en la mano a los aficionados: El que quiera animar que vaya al Carranza al domingo y anime a otros para que vayan; los que quieran criticar que se queden en su casa porque ahora mismo hacen un flaco favor.
No es momento de buscar culpables o responsabilidades, es el momento de encontrar soluciones con lo que tenemos. Lo que hay es lo que hay. Ni se pueden traer fichajes, ni hay más cera de la que arde... Pero la unión hace la fuerza. Si todos nos unimos no hay nadie que nos pueda. ¿Quieres caer humillado o pelear con la cabeza alta?. Yo me apunto a lo último con todas mis fuerzas. No es momento de cobardes o criticones, es el de los valientes que luchan hasta la muerte.
¡Así que vamos a unirnos y al submarino amarillo lo sacamos a flote todos por cojones!
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