La llegada de Gastón Casas al Cádiz el pasado verano era sinónimo de goles para el conjunto amarillo, pero el desarrollo de la temporada ha hecho que el argentino tan sólo haya sumado cinco goles hasta el momento.
Su mejor momento de esta liga comenzó precisamente en el partido ante el Celta de Vigo en Carranza (3-1) donde anotó un gol en el minuto 89. A partir de ahí enrachó tres goles postreros en cuatro partidos que significaron seis puntos para los amarillos. Ahora espera repetir la proeza: "Ojalá se pueda volver a repetir la historia y que en el final de liga pueda serle útil al equipo a base de trabajo y arrimando el hombro". Por ahora su rol es similar, pero su suerte cara a portería contraria. Incluso en momentos se ha quedado en el banquillo viendo como el canterano Manu Barreiro se le adelantaba: "Uno no tiene porqué meterse en las decisiones del entrenador. A veces los deseos que tiene uno no tienen porqué coincidir con los de otros. Me limito a acatar las decisiones y esperar mi oportunidad. Raúl tiene sus ideas de fútbol y las está llevando a cabo desde que llegó. Los minutos que he jugado lo he intentado hacer lo mejor posible".
Gastón tiene dos temporadas más de contrato con el club cadista y piensa cumplirlos. Pese a lo complicado de la campaña, su deseo sigue siendo triunfar vestido de amarillo: "Ha sido un año bastante difícil en todos los sentidos. En lo personal no he tenido la continuidad deseada tras las expectativas con las que vine. No he tenido mi lugar, ni se amoldó la forma de jugar que tengo al equipo. Para la próxima temporada tendré que recargar las pilas y buscar la revancha para seguir. Soy ambicioso y quiero rendir al máximo. Ha sido uno de los años más difíciles de la carrera porque aposté por un equipo que iba a luchar por el ascenso, pero todo se torció a nivel de club y equipo. Ahora no es fácil estar luchando por la permanencia".
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