Los dos equipos menos goleados del inicio liguero se enfrentaban el domingo en el Ramón de Carranza, y el objetivo de los cadistas no era más que conservar esa situación de privilegio para continuar madurando. El 1-3 ante el Cartagena no ha hecho más que reventar la muralla defensiva que al equipo le había costado construir a base de esfuerzo y sacrificio.
La mayor preocupación sigue estando en el Ramón de Carranza. La victoria ante el Recreativo (1-0) parecía haber espantado el fantasma de la presión cuando se juega como local, pero la abultada derrota ante el Cartagena ha reabierto el debate. El guardameta Kiko Casilla, que ha dejado de ser el segundo meta menos batido, hace su análisis: “La posesión y el ritmo del partido está siendo nuestra, pero seguimos perdonando mucho sobre todo en casa. Si enfrente tienes un equipo con calidad nos puede suceder lo del domingo: que aprovechen sus pocas ocasiones. Entiendo el enfado de la afición por la derrota, y creo que es comprensible que nos pitara, pero tienen que seguir confiando en nosotros”.
En la defensa cadista se entona el ‘mea culpa’ tras la goleada. Para Dani Fragoso el premio que se llevó el Cartagena fue excesivo: “Tiraron tres veces y metieron tres goles. Estábamos esperando atrás tranquilos porque las ocasiones eran nuestras. Nos mató el tercer gol. A la afición hay que respetarla. El vestuario está muy dolido por la derrota”.
Los amarillos con Javi Gracia ya supieron la pasada temporada en Segunda B cual era la sensación tras encajar tres goles, algo que, pese a la clara superioridad cadista en la categoría, sucedió en cinco ocasiones, dos de ellas en el Ramón de Carranza ante Conquense y Marbella.
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