El 24 de mayo de 2009 Irún ya amanecía teñido de amarillo. Ese encuentro de vuelta de la eliminatoria por el ascenso era, al igual que sucede este viernes, algo más que un partido de fútbol. Para el Real Unión era retornar a la división de plata tras más de dos décadas, y el Cádiz ponía en juego su vida. Muchos se preguntan qué hubiera pasado si los cadistas no hubieran ascendido, quizás la situación económica se hubiera engullido a la entidad, pero ahora la situación no difiere mucho de la de entonces. Tanto el horario como la crisis económica afectará al entorno.
El día del ascenso el Stadium Gal presentó un lleno absoluto con un fondo norte repleto de cadistas. Mañana en el campo irundarra se duda que se llegue al centenar de amarillos, pese a que la importancia es extrema. Si el Cádiz gana se acercará a la permanencia dejando casi descartado a un rival directo, pero si pierde ambos equipos podrían encaminar de la mano el camino al infierno que sufrieron la temporada pasada.
En Irún saben lo que hay en juego, y por eso se han preparado todo tipo de arengas para que los aficionados acudan a Gal, pese a que el horario no acompañe en exceso para renunciar al sofá y marcharse al campo de fútbol. Las entradas adicionales a cinco euros ha sido el principal reclamo de la directiva irundarra. Bajo el lema 'Objetivo: Llenar el Stadium Gal' todo Irún está llamado a movilizarse para conseguir la salvación de su equipo. Por parte cadista, sólo 'Los Pixas de Ermua' y algún que otro aficionado viajero podrá rememorar el sufrimiento en la misma grada
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