Cádiz y Sporting de Gijón tienen desde la pasad temporada una relación bastante peculiar cada vez que tienen un enfrenamiento. Aunque los más antiguos hablan de una enemistad que comenzó en la década de los 80 cuando los cadistas consiguieron pasar a la semifinal de la Copa del Rey dejando a los sportinguistas en la cuneta, la realidad es que el torneo del KO fue el que la pasada temporada provocó cierto pique entre ambas hinchadas cuando el Cádiz pasó a la siguiente ronda de una manera muy discutida en el entorno del Sporting.
El capitán cadista Andrés Fleurquin no olvida los dos últimos partidos ligueros en El Molinón donde se cayó derrotado por 4-3 y 4-2 respectivamente. "Desde la temporada pasada todos los partidos con el Sporting han sido atípicos. Se ha generado entre nosotros una rivalidad superior a cualquier otro partido de la categoría, aunque no es igual que el derbi con el Xerez. Hay un añadido generado desde el partido de Copa del Rey de la temporada pasada, hasta el ambiente que nos hemos encontrado en El Molinón", afirma el uruguayo. No obstante, alaba la forma de equipo que está haciendo a los de Manolo Preciado ostentar puestos de ascenso: "Están siendo regulares y están bien trabajados tácticamente. Tienen gente joven que corren muchísimo, pero nosotros venimos de una buena racha y tendrán que preocuparse de nuestra evolución".
Pero en el Cádiz todo ha cambiado. La llegada de Raúl Procopio ha sido el punto de inflexión que necesitaba el equipo que logró abrir los ojos a base de desengaños: "Desde la derrota en Las Palmas empezamos a tener conciencia del peligro que estábamos corriendo, luego vino el revés ante el Xerez en un partido que merecimos perder. Los cambios en el once y en el banquillo han hecho que hoy podamos decir que esos palos nos hicieron reaccionar para estar hoy en una zona bastante templada. Pero el que piense que hay que hacer 50 puntos y luego irse de vacaciones se está equivocando. Hay que responderle a la institución y a la afición. Nuestra obligación es hacer el mayor número de puntos posibles".
Oli sufrió la ira sportinguista
El ovetense siempre fue objeto de la ira de la hinchada de El Molinón como futbolista y como entrenador, en este último aspecto sólo padeció un partido, curiosamente el de su destitución. Fleurquin lo recuerda: "Cuando teníamos a Oli como jugador o entrenador había una rivalidad muy superior. Parece que los sportinguistas vivían el partido contra nosotros de una manera muy diferente, por eso el partido del domingo tiene para nosotros un extra importante independientemente de los puntos".
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