Antonio Calderón se despidió en la mañana de ayer de los que hasta el domingo por la tarde habían sido sus futbolistas. El técnico gaditano, muy entero en todo momento, no quiso arremeter ni contra el vestuario ni contra la decisión tomada por el consejo de administración en su despedida. El ex entrenador se limitó a asegura que "el fútbol ha dictado sentencia", aunque afirmaba que veía injusta la decisión: "Nos veíamos con fuerzas para sacar la situación adelante, el club ha tomado una decisión que yo acepto. Agradezco a todos los estamentos del club que me dieron la oportunidad de ser entrenador del Cádiz y a los jugadores por el trabajo que me han dado. Les he dado las gracias por su esfuerzo y por hacerme mejor entrenador y les he deseado suerte. Soy muy cadista y a partir de ahora seré un aficionado más y remaré en esa dirección”.
Sobre su estancia en el banquillo -ocho victorias, ocho empates y nueve derrotas- dijo que no era momento de valorar las circunstancias que había estado sufriendo en las últimas jornadas, y remitía al final de liga para hablar alto y claro: “Las cosas hay que valorarlas al final y hay que estar unidos. De nada sirve hablar de lo demás. Me voy con la tristeza de no tener la posibilidad de iniciar un proyecto, pero lo importante es el equipo y la afición tiene que ser consciente de que el equipo necesita su apoyo para sacar los puntos necesarios”.
Su continuidad en el aire
A Antonio Calderón le restan dos años de contrato con la entidad ya que lo del domingo fue un cese en el cargo, no una rescisión de contrato. El club le ha ofrecido la oportunidad de continuar dentro del organigrama cadista, pero el gaditano no deja clara cual será su elección: "Ahora quiero estar tres o cuatro días reflexionando, aunque las condiciones de mi contrato por los dos próximos años están ahí. Seguramente la última palabra sea mía”.
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