La plantilla del Puerto Real, equipo que milita en el grupo X de la tercera división, ha decidido comenzar un encierro indefinido en las instalaciones del estadio Sancho Dávila tras cumplirse cuatro meses de retraso en sus nóminas. La medida corresponde a una amenaza anunciada en un comunicado el pasado domingo donde se comunicaba "la caótica y deseperante" situación económica de jugadores y cuerpo técnico.
El presidente del Puerto Real, Antonio Bohórquez, asegura solidarizarse con la medida y acusa al Ayuntamiento de la localidad de incumplir el contrato de venta-permuta del Sancho Dávila, por el que el club debería ingresar durante esta temporada 10 millones de euros y comenzar la construcción del nuevo campo. Además, la situación puede ir a más ya que en caso que ese pago no se llevara a efecto, la entidad no podría hacer frente a los 780.000 euros de presupuesto que tenía para esta campaña con el objetivo de ascender a Segunda B.
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