La banda derecha del Cádiz no es una banda cualquiera. La temporada pasada en Segunda B fue calificada como la mejor de la categoría, pero en este inicio de temporada estaba siendo una de las zonas del equipo más criticadas. Cristian y Enrique tienen una amistad que se interioriza en el campo y se exterioriza en todos los aspectos, y cuando esa sociedad funciona, el equipo amarillo es otro completamente diferente.
El sábado ante el Celta de Vigo se demostró. No fue un partido brillante en el aspecto futbolístico, pero sí práctico para conseguir la victoria. Un camino que ya está trazado y que sólo queda trabajar para terminar de recorrerlo. El equipo, tal y como dice Cristian García, ha cambiado el chip: "Era obligado ese cambio. Somos conscientes que tenemos que crecer defensivamente con un 4+2, y buscar la racha de los de arriba. La Segunda está inventada, tenemos que crecer de esa manera, porque si no será muy difícil". Enrique apostilla su teoría: "En Segunda hay equipos a los que es difícil jugarle bonito porque buscan la posesión de la pelota".
Desde inicio de temporada muchos jugadores tenían echas unas cuentas que se han ido al traste con el paso de las jornadas. Ahora el objetivo para terminar el año ha cambiado. El lateral catalán tiene su calculadora a punto tras vencer al Celta de Vigo: "Nos debe valer como una bocanada de aire. El objetivo debería ser sumar siete puntos en los tres partidos antes del parón navideño. Las cuentas se rompieron hace tiempo, queríamos irnos de vacaciones con 27 puntos, ahora sobrepasar los 21 sería importante. Pero lo vital es hacernos fuertes en casa". Y mantener la eficacia cara a portería, ahí el extremo extremeño, con sus asistencias y goles, puede ser clave: "El gol del sábado me sirvió mucho en lo personal. Estamos contentos por esa victoria para poder tener una semana más o menos tranquila mirando al Elche donde tenemos que ganar"
Dos goles de difícil definición
No pasarán a la historia, pero los goles anotados por Cristian y Enrique siguen dando que hablar por su difícil definición. El del primero fue en una jugada trabada tras un centro por la izquierda: "No sé si le di bien o mal, pero entró que es lo que contaba. El equipo dio buena imagen de carácter y humildad", afirma Cristian. El tanto de Enrique fue diferente. Pase en largo de Tristán al extremeño que tiene que darse una galopada solitaria de 40 metros: "Era complicado porque en una jugada así da tiempo a pensar en muchas cosas mientras uno se recorre todo el campo. Falcón me conocía, pero salió bien la jugada para marcar".
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